Mecanismo que
llevan y se oponen al colapso pulmonar.
El
organismo puede considerarse como una máquina de combustión interna que quema
principalmente grasas e hidratos de carbono y obtiene así la energía que
necesita para realizar sus múltiples funciones. Este proceso consume oxígeno y
produce anhídrido carbónico. El aire atmosférico suministra el primero y recibe
el segundo.
Como la
combustión tiene lugar en las células situadas profundamente en los tejidos, es
necesario un medio de conexión con la atmósfera. Este nexo es la corriente
sanguínea, que transporta los gases en solución física y en combinaciones
físicoquímicas.
Se
comprende que a mayor trabajo del organismo hay más gasto energético y, por lo
tanto, mayor necesidad de transporte de gases entre las células y el ambiente.
Este se logra aumentando el gasto cardíaco con redistribución del flujo
sanguíneo hacia los órganos en actividad que, además, extraen una mayor
cantidad de oxígeno de la sangre que
pasa por sus tejidos. Por estos mecanismos se puede llegar a aumentar diez
veces el intercambio gaseoso entre células y sangre, lo que exige aumentar el
intercambio entre sangre y atmósfera
Este
último proceso, o respiración externa, requiere que la sangre se exponga al
contacto con el aire en una amplia superficie y para ello fluye por un extenso
territorio capilar separado de la atmósfera por una membrana de medio a un
micrón de espesor que prácticamente no interfiere con una rápida difusión
gaseosa. Tal superficie vascular no puede, por su extensión (60-90 m2) y su
fragilidad, estar en la superficie del cuerpo. En los mamíferos el problema se
soluciona con la existencia de los pulmones, que pueden considerarse como una
invaginación del espacio externo hacia el interior del organismo bajo la forma
de vías aéreas y finalmente, alvéolos, los cuales tienen amplio y estrecho
contacto con una densa malla capilar. Este conjunto constituye los pulmones que
quedan contenidos y protegidos dentro de la caja torácica que, además, actúa
como elemento motor.
Es
evidente que si el aire de los alvéolos no se renueva en proporción a la
perfusión sanguínea, el oxígeno se agotará rápidamente siendo reemplazádo por
CO2. Un fenómeno mecánico, la ventilación pulmonar, renueva en forma parcial y
periódica el aire alveolar y mantiene dentro del pulmón una composición adecuada
para el intercambio gaseoso o hematosis.
En suma:
el pulmón es un intercambiador de gases que recibe, por un lado, aire que se
renueva continuamente por acción del fuelle o bomba toracopulmonar y, por el
otro, sangre que se mantiene en circulación entre tejidos y pulmón por acción
de la bomba cardiaca.
La
coordinación entre la función de estos dos sistemas entre sí y de ambos con las
necesidades del organismo está a cargo del sistema nervioso, con sus centros
respiratorios y circulatorios. La actividad de estos núcleos coordinadores es
modulada por la información suministrada por receptores situados en diferentes
regiones del organismo.
De
acuerdo a lo expuesto, se puede apreciar que la función respiratoria es
compleja y que requiere de la participación coordinada de varios grupos de
órganos, uno de los cuales es el aparato respiratorio
Esquema
simplificado del sistema respiratorio. El oxígeno ambiental llega al alvéolo
por efecto de la ventilación alveolar (VA), la cual se distribuye en forma
proporcional a la irrigación que reciben los alvéolos. El O2 luego difunde a
través de la pared alvéolo capilar (DL) , pasa a la sangre capilar donde se une
a la hemoglobina (Hb), que lo transporta a través de las arterias hasta que
llega los capilares tisulares de todo el organismo, desde donde difunde hacia
las células que lo consumirán. El CO2 producido en las células difunde a los
capilares sistémicos y es transportado por las venas hasta el corazón derecho y
de ahí al pulmón, donde difunde a los alvéolos. La ventilación eliminará este
gas hacia el ambiente. Para mantener la ventilación adecuada a los
requerimientos metabólicos existen sensores a nivel arterial que informan a los
centros respiratorios de la presión de oxígeno y anhídrido carbónico en la
sangre.
La
separación del aparato respiratorio del aparato circulatorio, sistema nervioso,
tejidos y sangre sólo se justifica por razones didácticas, y con esta misma
justificación abordaremos la función respiratoria como si fuera una sucesión de
fenómenos o etapas diferentes:
1.
Ventilación pulmonar: fenómeno mecánico que asegura el recambio del aire contenido
dentro de los alvéolos.
2.
Distribución y relación ventilación/perfusión: renovación proporcional del aire
y de la sangre a cada lado de la membrana de difusión.
3.
Difusión o transferencia: intercambio de gases entre aire y sangre a través de
la membrana alveolocapilar.
4.
Transporte de O2 y CO2 efectuado por la sangre entre el pulmón y las células.
5.
Regulación de la respiración: conjunto de mecanismos de control de la
respiración y coordinación con la circulación, demandas metabólicas, equilibrio
acido-base, fonación, deglución,etc.
6.
Hemodinámica de la circulación pulmonar.
7.
Funciones del espacio pleural.
8.
Mecanismos de defensa mecánicos, celulares y humorales, que tienen un
importante papel, dado el amplio contacto del pulmón con los contaminantes
ambientales a través de los más de 10.000 litros de aire que se ventilan
diariamente. Además, la entrada al aparato respiratorio está en la faringe y
contigua a la boca, cavidades de gran población microbiana.
9. Filtro
de partículas que circulan por la sangre (coágulos, agregados plaquetarios,
trozos de tejidos, etc.), función para la cual tiene la ventaja ventaja de ser
el único órgano, aparte del corazón, por el cual pasa continuamente el total de
la sangre.
10.
Actividad metabólica local: los neumocitos tipo II elaboran el surfactante,
sustancia que regula la tensión superficial en la interfase aire/liquido en las
paredes alveolares y, además, inactivan algunas sustancias circulantes.
11.
Reservorio de sangre: por la amplitud y distensibilidad de su lecho vascular.
12.
Equilibrio ácido base
13.
Balance hidrico : el aire inspirado es saturado de vapor de agua en la nariz y
vías aéreas y , al ser expirado es responsable de un 10-20% del total de la pérdida de agua del
organismo.
14.
Balance calórico: por el mismo mecanismo la respiración causa el 5-10% de la
pérdida calorica total del organismo.
La
normalidad de estas funciones está íntimamente ligada a la normalidad de su
sustrato morfológico. En el análisis de la función y clínica recurriremos
repetidamente a diferenciar, en este aspecto, tres compartimentos (Figura II)
que, si bien son partes inseparables de un todo, tienen ciertas
particularidades que determinan su forma de funcionar, de enfermar y de
manifestar su patología.
Representación
esquemática de los compartimientos pulmonares: vías aéreas (1); espacios
alveolares (2) e intersticio (3).
MECANICA
VENTILATORIA
La
ventilación es un fenómeno básicamente mecánico que renueva cíclicamente el
aire alveolar alternando la entrada de aire o inspiración y la salida del mismo
o espiración. En relación con este aspecto, el aparato respiratorio puede ser
comparado con un fuelle, en el que conviene diferenciar los siguientes
componentes:
a) Las
vías aéreas, que son tubos de calibre regulable que comunican el ambiente
exterior con la superficie de intercambio.
b) El
tórax, que actúa como continente protector del pulmón y motor de la
ventilación.
c) El
pulmón, que es, en esencia, una extensa superficie de intercambio gaseoso entre
aire y sangre
Las
características estructurales y la función mecánica de este fuelle pueden
describirse a través de:
1. Dimensiones
del fuelle.
2.
Presiones que se generan.
3.
Fuerzas que lo mueven.
4.
Resistencias que se oponen a la ventilación
5. Flujos
resultantes.
6.
Rendimiento y eficiencia mecánica.
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